Dicen que los peces dorados sólo tienen una memoria de tres segundos. Osea, que si tardan tres segundos en darle la vuelta a la pecera, cada cosa que vean les parecerá nueva.
Con las personas pasa algo parecido, cada vez que te enamoras olvidas el dolor del rompimiento anterior, se te olvida lo malo y solo crees que es maravilloso, nuevo y excitante.
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