Recibí una llamada ayer por la noche, era la persona de la cual he estado hablando desde la semana pasada: "¿Puedes salir de tu casa ahorita?, quiero verte", acepto y a los cinco minutos ya nos estabamos encontrando en el parque hidalgo para platicar.

Llega y yo pensando como terminar las cosas sin verme mala onda y sin herir demasiado. Lo primero que veo en su mano es un peluche...... ME DIO UN MONO DE PELUCHE!!!, de verdad no es que me gusten ni nada, pero creo que para darle un peluche a alguien es porque realmente te interesa.

Nos sentamos en el pasto, me pregunta que porque no le hablé en todo el fin de semana. Le contesto que estuve muy ocupado, claro que no se la traga. Me pregunta que que tengo, mi respuesta solo fue: "Esto no va a funcionar".... se saca de onda y seguimos platicando, me pregunta el porque de ese cambio tan radical en una semana, de verdad no tenía palabras, o mejor dicho no tenía unas palabras agradables para responder sin hacer sentir mal.

Llanto.... sigue la plática, empiezo a lagrimear (tipo Candy Candy), me pide que no llore, que si alguien tiene que llorar no soy yo. Me siento màs mal. Segùn esto estaba "in love with me"... Como es posible que alguien se enamore en una semana (a excepciòn de Isabel Madow por supuesto). En fin, sigue la plática y me empieza a contar de los problemas que ha tenido en su vida, me dice que seré la tercera marca en su corazón y quizás la más profunda. Por lo que me contó, un chingo de problemas que ha tenido y todavía yo causandole más dolor.

Siempre pensé que la gente que hacía sufrir a alguien por amor lo disfrutaba, pero ayer me dí cuenta que no, inconscientemente tal vez en algún momento de mi vida desee romperle el corazón a alguien solo para ver que se sentía. Ayer lo hice y de verdad no fué nada agradable, me sentí aún más mal que cuando me lo rompen a mi.

Al final de la reunión, una despedida, un abrazo que duró cinco minutos..... Por lo menos prometió nunca hacerme daño ni buscarme problemas.